Al principio regabamos turnándonos la regadera, pero ahora tenemos botellas pequeñas de agua, a las que hemos hecho agujeritos en el tapón y utilizamos a modo de regadera. Así todos los niños (o casi todos) riegan a la vez, sobre todo en los sitios donde no llegan los goteros.
Ya tenemos un montón de girasoles y, además, en algunos ya se pueden empezar a ver lo que serán las futuras pipas.
¡¡Preciosos nuestros girasoles!!
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